Monday, March 1, 2010

Un capuccino en la madrugada

Por Lázaro Guzmán
Vivo en el 794 de la Normandy Street, a dos cuadras de la interestatal 10 al este de la ciudad. La zona es el típico blue collar neighborhood , como catalogan a los barrios obreros en referencia a los uniformes de color azul que se usan en la mayoría de las fábricas. Mi uniforme también es azul, con el logo blanco de la Hunting Energy en el bolsillo izquierdo. Normalmente trabajo de 6 de la tarde a 6 de la mañana, todos los días, sin descansar siquiera un domingo; pero hoy hubo problemas en las máquinas y salí a las 3 de la madrugada. Es viernes y pensé que podía aprovechar algo de la noche, así que me puse una camisa que guardaba en la taquilla y me dejé sólo el pantalón azul de obrero. Manejé un rato hasta el centro de la ciudad, buscando algun bar o pub donde escuchar alguna banda en vivo o al menos música grabada. Los locales estaban cerrados: todo un ambiente de ciudad fantasma, con un decorado de rascacielos y autopistas que se entrecruzan. Decidí regresar a casa y me detuve antes en una gasolinera a comprar una cerveza. "No beer, sir", me dijo el dependiente azorado como si hubiese visto al diablo. Entonces recordé que la ley en Texas prohíbe vender alcohol después de las 2 de la madrugada; sin bebidas no hay razón para que los locales sigan abiertos o que la gente decida caminar simplemente por las calles. Todo está concebido para que las personas se acuesten temprano y estén listos para el trabajo a la mañana siguiente. Así funciona el sistema para tratar de ser lo más eficiente posible. Si queda algún tiempo libre que vayan a comprar a los centros comerciales para que luego los analistas puedan estudiar el índice del consumidor y predecir la economía.
Finalmente compré un capuccino frío y me lo fui tomando mientras manejaba. Al llegar al apartamento aún no tenía sueño y ya casi faltaba una hora para el amanecer. Encendí el equipo de música -no muy alto para evitar que los vecinos se quejaran a la administración del condominio- y pensé que era buen momento para poner la cortina en la ducha que llevaba ya como una semana de comprada y todavía estaba en el empaque.
Ya comienzan a levantarse los vecinos. Los de al lado son una familia china, ayer los vi por primera vez mientras salía para el trabajo, ellos venían llegando y me saludaron con una sonrisa. Los de enfrente son de la India. La señora suele pasear a su niña pequeña por los pasillos, a veces escucho el tintineo metálico de sus collares étnicos. Nunca me ha devuelto el saludo, creo que no entiende inglés, pero igual siempre luce inmutable cuando me ve, como si yo no existiera.
Aún no tengo muebles para la sala. En realidad no sé si me decida a amueblar por completo el apartamento, he empezado tantas veces desde cero y siempre dejando todas las pertenencias atrás, que esta vez no vale la pena esforzarme. No sé si lograré aguantar más de un año en Texas, ni siquiera en los EE.UU. Creo que me regreso a Europa en cualquier momento. Con suerte podré regresar a mi antiguo trabajo en Roma. Allá también todo cerraba a las 2 de la mañana y nada de conciertos con un volumen alto cerca del Vaticano para no despertar a Su Santidad. Pero la ciudad envolvía con su magia de ritos antiguos y me hacía sentir vivo. No como ahora en este sin sentido que me veo envuelto.
Ya ha salido el sol por completo, así que mejor me acuesto a dormir, mañana será otro día u otra noche, ya ni sé.
Foto: Archivo Internet.

6 comments:

  1. buen post, es cierto lo que cuentas. aunque quizás la solución sea otro estado y no necesariamente abandonar Estados Unidos, hay sitios de u.s.a un tin más cálidos.Europa es algo indefinible.

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  2. Juan, algo de eso le comenté a Lázaro en su momento, pero su crónica es excelente y por eso la publiqué aquí íntegramente. Es mucho lo que podemos crecer como personas libres y con derechos en un país que nos ha abierto los brazos para acogernos como refugiados políticos, no como simples inmigrantes en busca de dinero. Gracias a Lázaro por su colaboración y a todos los que dejan sus comentarios.

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  3. Hola Michael

    Muy buen articulo periodistico, gracias por compartirlo.Si buscas un lugar a donde mudarte te recomiendo Northern California, San francisco, oakland, berkeley, etc... no hay mejor lugar en el mundo para vivir. Despues de haber vivido casi dos anios en Houston, Texas y haber visitado todas la ciudades importantes de Texas (Austin, San antonio, Dallas ...) he llegado a la conclusion (desde hace mucho tiempo) que no me tomo otro capuccino en la madrugada.


    Erwin
    erwn11@yahoo.es

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  4. Erwin, gracias por la sugerencia y por dejar tu comentario. Se lo diré al autor del post.

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  5. Pues yo también viví en Houston y también me mude de allá. Ahora vivo en Carolina del Norte y no me arrepiento del cambio. Aunque si lo que el busca es algo que hacer después de las 2 de la manana aquí tampoco lo encontrara.

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  6. Lázaro
    Excelente post. Gracias por compartir esta vivencia. Hacía rato que no te saludaba. Te mando un abrazo.

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