Monday, November 16, 2009

Maratón por los Derechos Humanos en Cuba

Quisiera acompañarlos allá, tener el don de la ubicuidad para viajar y estar a la vez en Madrid y Barcelona y gritarles unas cuantas verdades a los representantes del régimen, pero como no va a poder ser, debo conformarme con poner en este blog el promocional de la marcha que organiza Cuba Democracia Ya! en España.

Monday, November 9, 2009

Berlin East Side Gallery

Un poco de arte sobre los restos del Muro de Berlín a propósito de los veinte años de su caída.

Friday, November 6, 2009

Del escriba deudor

Hace dieciocho meses que vivo en Estados Unidos. En ese tiempo he tenido tres empleos y ninguno ha tenido nada que ver entre sí. Y de ellos sólo uno estuvo relacionado con lo que estudié en Cuba.
Puse tornillos y tuercas en una fábrica de componentes electrónicos. Fue lo primero que hice al llegar a Houston. Trabajaba de noche, hasta la una o las dos de la madrugada. A veces trabajaba sábado y domingo durante semanas corridas, sin descansar ni un fin de semana. Con el dinero ahorrado entre mi mujer y yo pudimos comprarnos nuestro primer carro, un Honda Civic al que rebautizamos como Honda Parkinson por la manera en que vibra. Es el preferido de Alicia, nuestra hija, no sabemos muy bien por qué.
Tenía las mañanas libres. Las empleaba en estudiar un poco de inglés, navegar por internet y asomarme a la prensa hispana de Houston, con la esperanza de encontrar alguna oferta de empleo como periodista. La oportunidad llegó cuando el hoy desaparecido diario El Día puso una convocatoria para redactor-reportero de deportes. Mandé mi resumé y me citaron a una entrevista a la que acudí en blue jeans y camisa de mangas largas. Yo iba feliz, inocente de ciertas reglas. Me aceptaron, aunque luego me enteré de que estuvieron a punto de no recibirme pues no iba vestido de forma apropiada. Y yo pensé: Idiotas que son los tipos estos.
Estuve en El Día apenas cinco meses. Tras ser convertido en semanario, quedé desempleado y debí esperar dos largos meses antes de pisar otra vez un centro laboral. No está de más decir que con el cierre de ese periódico, la comunidad hispana perdió un buen vehículo de comunicación, aunque nunca comulgué con su enfoque parcializado al tratar algunos temas, como el de la inmigración ilegal y la seguridad interna, visión que naturalmente tenía su origen en el izquierdismo recalcitrante -y mucho de antiamericanismo también, perdonando la redundancia- de algunos redactores y editores.
Ahora trabajo en un restaurante. No puedo decir que sea miel sobre hojuelas. He debido sufrir las secuelas de un aprendizaje acelerado de un coctel bastante agridulce que contiene la forma de llevar un negocio, manejar dinero, controlar trabajadores, atender clientes en una lengua que domino a medias, bastante de civismo a la norteamericana, y unas cuantas onzas de normas de respeto y cortesía que en mi país fueron borradas del mapa de lo humano. Y ahí estoy, con la esperanza de continuar ganando en experiencia a ver si algún día toco en la puerta de eso que llaman "éxito".
¿Y el periodismo? ¿Y la literatura? Supongo que para aminorar esas deudas que contraje con ambos abrí este blog hace ya unos cuantos meses, pero si desde el pasado 20 de octubre no lo actualizaba es señal de que no soy (como decíamos en Cuba) muy buena paga.