Monday, September 7, 2009

Un all stars de la pelota cubana

Dos glorias juntas: Luis Tiant y Minnie Miñoso. Corre mucho béisbol (y del bueno) por las venas de ambos.
Otro cubano legendario: Rafael Palmeiro, quien debió retirarse abruptamente tras un escándalo por uso de esteroides.
Hoy quiero hablar de pelota, aprovechando mi entusiasmo por la muy buena actuación que está teniendo el cubano Kendry Morales con los Angelinos de Anaheim. Trabajo que le costó, como dice un estribillo de Willy Chirino. Y quiero hablar de pelota en realidad, no a manera de evasiva, como hacíamos allá-ustedes-saben-dónde cuando se nos acercaba al grupo algún candidato a doctor en ciencias de la chivatería. Resulta que hace ya algún tiempo, viviendo aún en la Isla, leí el libro La gloria de Cuba, la historia del béisbol cubano escrito por el ensayista Roberto González Echevarría publicado primero en inglés y luego traducido y puesto en circulación por la Editorial Colibrí, de Madrid, en el 2004. En uno de sus capítulos, González Echevarría se aventura a lanzar lo que él llama "un all stars de la pelota cubana", es decir, "el mejor equipo de pelota cubano de todos los tiempos, posición por posición", tomando como inevitables puntos de referencia la actuación en los torneos profesionales cubanos --anteriores a su erradicación por el actual régimen de La Habana-- y desde luego las Grandes Ligas. Sobre éstas últimas podrá alegarse que no siempre estuvieron abiertas a los mejores de todas las razas y nacionalidades, pero nadie discutirá que fueron y siguen siendo el más exigente escenario posible en el béisbol mundial, el verdadero medidor de la calidad de un pelotero. González Echevarría sabe que se mete en terreno bastante polémico al intentar comparar los números de jugadores de diferentes épocas. Pero su intento vale el esfuerzo y quiero dejarles la lista, junto con una breve argumentación suya tomada del mencionado libro. Aquí les va:
Primera base: Rafael Palmeiro. Al terminar la temporada del 2003, había acumulado 528 jonrones de por vida en las Mayores y a la defensa había ganado tres Guantes de Oro. Regino Otero fue tal vez el mejor primera base defensivo cubano de todos los tiempos, pero no era un bateador recio. Francisco “Panchón” Herrera, un primera base gigantesco y con enorme poder, habría sido estelar si los Phillies de Filadelfia no hubiesen tratado de convertirlo en tercera o hasta segunda base porque tenían ya cubierta la inicial. Segunda base: Octavio Rojas, que jugó estelarmente 1449 juegos en esa posición en las Mayores, y ganó el campeonato de bateo de la última temporada de la Liga Cubana. Cuba ha dado grandes jugadores de la segunda, desde la época de Bienvenido “Pata Jorobá” Jiménez y Eusebio “Papo” González, hasta Félix Isasi, Andrés Telémaco y Tony Castaño en el período posrevolucionario. Tampoco hay que olvidar a Antonio “Tony” Taylor, que tuvo brillantes temporadas en esa posición en las Mayores y la Liga Cubana. Pero Rojas fue el de más sostenida excelencia en segunda y fue un bateador oportuno. Tercera base: Atanasio “Tany” Pérez, aunque su inclusión aquí es un poco forzada, ya que jugó sobre todo primera en las Mayores. Pero Pérez jugó cinco temporadas como tercera del Cincinnati. Su rendimiento ofensivo de por vida lo hizo ser electo al Salón de la Fama. Héctor Rodríguez fue un atleta excepcional y acaparó varios records ofensivos en la Liga Cubana. Cuando jugaba en el Toronto en la Liga Internacional lo ponían hasta en el jardín central si era necesario. Lo vi jugar en la Liga Cubana y le partía a los toques de bola y sacaba en primera como el mejor de todos los tiempos, Brooks Robinson. Pero su rendimiento al bate como slugger no era el de un tercera base. Short Stop: Silvio García, un superdotado, que además podía lanzar. Brilló donde quiera que jugó, pero por el color de su piel no pudo hacerlo en las Mayores. Dagoberto Campaneris tuvo brillantes temporadas con el Oakland de la Liga Americana y fue un all-around que en un partido jugó todas las posiciones. Fue, además, uno de los más grandes robadores de bases de todos los tiempos en las Mayores. Willy Miranda se conceptúa como uno de los mejores torpederos defensivos en la historia del béisbol, pero era un bateador muy débil. En un equipo con una ofensiva fuerte –como éste– Miranda podría ser el shortstop. Cuba ha sido muy fértil en la producción de shortstops desde la época de Luis “Anguila” Bustamante y Alfredo “Pájaro” Cabrera. Algunos piensan que el mejor fue Quilla Valdés, que nunca pasó a los profesionales, y en la época posrevolucionaria Rodolfo Puente, Germán Mesa y Rey Ordóñez, quien llegó a las Mayores y deslumbró a todos con su habilidad defensiva. Jardineros: Orestes Miñoso, Tony Oliva y José Canseco. Cristóbal Torriente, Alejandro Oms, Santos Amaro y Champion Mesa fueron estelares, pero es muy difícil contra los récords de Miñoso, Oliva y Canseco en las Mayores. Miñoso fue estelar en todas las ligas importantes de su época. Lo único que se le podría achacar a Miñoso es que no tenía posición en la que fuera estelar defensivamente –en la Liga Cubana jugó segunda, tercera, y cuando maduró, exclusivamente los jardines, preferentemente el izquierdo. Tenía un brazo poderoso. Pero no hay cómo regatearle a Miñoso una de las posiciones titulares en un outfield cubano de todos los tiempos. Oliva ganó tres campeonatos de bateo en la Liga Americana, terminó con promedio de por vida de más de 300 y fue seleccionado para varios juegos de las estrellas (ganó también un “guante de oro” porque era un excelente jardinero derecho). Canseco tuvo la mejor temporada de un jugador cubano en la historia de las Mayores, con la excepción de la de 27 juegos ganados de Luque en 1923. En 1988 Canseco conectó 42 jonrones, robó 40 bases y terminó con promedio de 307, con 124 carreras impulsadas. Era un jugador completo, pero sus defectos de carácter lo hicieron desperdiciar la oportunidad que tuvo de llegar al Salón de la Fama –aunque los hay con récords inferiores a los de él allí. Dotado de fuerza, destreza y belleza físicas, Canseco tenía un talón de Aquiles que lo convirtió en una figura más tragicómica que trágica. Receptor: Es la posición más débil. Lo mejor sería una combinación de Miguel Ángel González, por su defensiva, y Rafael Noble, por su ofensiva. En el béisbol norteamericano no hubo grandes receptores latinoamericanos hasta muy recientemente (de Manuel Sanguillén y Tony Peña a Iván Rodríguez) por una razón muy sencilla: el inglés. El receptor tiene que comunicarse con el lanzador y los demás jugadores del cuadro. Además, como pasaba en primera y tercera, los receptores cubanos y latinoamericanos solían ser demasiado livianos y frágiles, aunque los hubo livianos y recios, como Fermín Guerra. Guerra no pasó en las Mayores de cátcher suplente, pero en Cuba tuvo grandes temporadas y era un líder nato. Miguel Ángel tampoco fue estelar en las Mayores, aunque sí a la defensiva, y llegó a ser uno de los patriarcas del béisbol cubano. Pienso que por esa razón, y porque la habilidad defensiva es tan importante detrás del plato, Miguel Ángel González debía ser el receptor de este equipo. ¿Dónde poner a Martín Dihígo? La leyenda dice que era estelar en todas las posiciones, inclusive la de manager. Estoy dispuesto a creerlo, pero pienso que su mejor posición era la de lanzador –claro, un lanzador que podía ser también cuarto bate. Por eso lo pongo encabezando el elenco de lanzadores, que se completa así: José de la Caridad Méndez; Adolfo Luque, que ganó 193 juegos en las Grandes Ligas; Camilo Pascual, que tuvo 174 victorias en las Mayores, y ponchó a 2167 bateadores, y es en mi opinión el mejor lanzador cubano de todos los tiempos –de haber jugado para un equipo mejor que los Senadores (de Washington) se habría acercado a 300 juegos ganados–; Luis Tiant Jr., ganador de 229 juegos en las Mayores, con cuatro temporadas de 20 victorias o más, y abanicó a un total de 2416; Miguel Cuéllar, con cuatro temporadas de más de 20 ganados y un total de 185 victorias, uno de los mejores zurdos de su generación en las Mayores; Ramón Bragaña, ganó 48 juegos en la Liga Cubana y 211 en la Mexicana, a lo que habría que añadir sus victorias sobre equipos de Grandes Ligas en Cuba; Agapito Mayor, el combativo lanzador ganó 68 juegos en la Liga Cubana y 98 en la Mexicana, pero su mejor actuación puede haber sido en los Amateurs y torneos internacionales, aunque en la Serie del Caribe de 1949 (la primera) se alzó con tres victorias; Conrado Marrero, el mejor lanzador amateur, ganó 69 juegos en la Liga Cubana, 70 en la Liga Internacional de la Florida, y 39 en las Mayores lanzando para los Senadores de Washington; Pedro Ramos, ganó 66 juegos en la Liga Cubana, 16 en la última temporada del circuito, y 117 en la Liga Americana, donde también militó, sobre todo al principio, con los Senadores, aunque también con los Indios de Cleveland y, por último, como relevista notable con las Yankees de Nueva York. Tomado de La gloria de Cuba. Historia del béisbol en la Isla, Editorial Colibrí, Madrid, 2004, pp. 41-47.

5 comments:

  1. Vaya, Michaelito, saltaste de palo pa rumba, pero ok. Y como me gusta la pelota te voy a dejar un comentario. No me agrada nada que haya dejado fuera a la gente de la Isla, pero sus razones tendrá. ¿Por que no menciona al Duque, Liván o Contreras, o a Omar Linares? Está muy parcializado con lo de las Grandes Ligas este señor.

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  2. Hay a quienes no les gusta responder a "anónimos", pero ya que me dejas un comentario te contesto con un párrafo del citado libro de González Echavarría que no puse porque se me hacía demasiado largo el post. Pero lo copio ahora, él lo explica mejor que yo:
    "Sé que no he seleccionado a ningún lanzador de la era posrevolucionaria, pero es difícil eliminar a ninguno de los incluidos en favor de, digamos, el Duque Hernández o José Ariel Contreras. Es probable que debieran ocupar el puesto que, tal vez sentimentalmente, le he concedido a Agapito Mayor o Pedro Ramos. También me alarma ver que he dejado fuera a Lázaro Salazar. En todo caso, sé que mi selección no va a satisfacer completamente a nadie y me declaro listo para el combate."
    Yo no creo mucho ya en los talentos de la Isla, si no vienen a probarse en el mejor béisbol del mundo, a quitarles el puesto a los que ya están, seguirán siendo promesas toda su vida. Solo agrego que esta es apenas UNA selección. En Cuba todavía no se atreven a erigir ni siquiera un Hall de la Fama.

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  3. Michael el anónimo que haga su lista, el tío se quedo resentido, debe ser funcionario del INDER.
    por el ok que dejo caer debe estar refugiado en Miami.
    saludos.

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  4. Què bueno esto de Cubanos en Houston. Adoro Texas, y Houston es un sitio muy hermoso, al igual que Fort Worth, donde he vivido muchos años y tengo casa.

    Gracias por dejar comentario en mi blog.

    Muchos èxitos y bendiciones,
    Belkis

    www.belkiscuzamle.blogspot.com
    www.lacasaazulcubana.blogspot.com

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  5. Gracias por tu comentario, Belkis. Con toda mi admiración por tu obra y la del gran poeta cubano Heberto Padilla, cuyo libro Fuera de juego transcribí a mano en una libreta en una noche universitaria.

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