Saturday, January 31, 2009

Houston se preocupa

Lo primero es esta foto. Yo transitaba por todo el Beltway 8 -lo que allá en Cuba llamamos "circunvalación", bueno, más o menos, pueden abstraerse un poco- cuando con el rabillo del ojo descubro esta pared con estos posters, pasada la Clay Street. Yo sabía ya que Texas no era un estado precisamente demócrata, la dinastía Bush tiene aquí sus casas y ranchos, y MacCain lo ganó con relativa comodidad en las elecciones de noviembre, pero en Houston ganó Obama, para confirmar la tradición liberal de las grandes ciudades norteamericanas.
Pero esta foto, con estos posters y el desaliño del entorno, demuestra preocupación en algunos sectores de la ciudad. Hum, me dije, ¿qué cosa es esta? Ayers y Guevara, la pose arrogante del flamante presidente, un tal Davis y el anciano del extremo. Una búsqueda rápida me informó de que este Davis no es otro que Frank Marshall Davis, antiguo miembro del Partido Comunista, dicen que era poeta, periodista y con severas adicciones, todo un personaje de novela. Pero la razón por la que acompaña a tan ilustres miembros del olimpo de la rojería universal es que fue mentor del joven Barack allá en Hawaii, adonde se fue a vivir el tal Davis con su chica blanca. El resto es más o menos conocido. ¿El anciano barbado? No es el abuelito blanco del presidente, sino un brillante referente de toda esas perversiones ideológicas de las que emanaron tantas dictaduras pasadas, presentes y, ¡ay!, por venir.
Vi aquello. Di la vuelta. Paré mi camioneta, a riesgo de que alguien viniera a preguntarme qué demonios estaba haciendo, ustedes saben, propiedades privadas, esas cosas, además de los temores que no puede esconder muy fácilmente un cubano casi acabado de llegar. Nadie vino. Sólo escuchaba a mi espalda el ruido de los autos que pasaban a toda velocidad. Tomé las fotos.
Mandé una a El País, de España, en su sección Fotos de los lectores. Nunca la pusieron. Ahora sé cuán ingenuo fui, ahí están con sus fotos de una vaquita y un paisaje bucólico. No es fácil tragar eso de la corrección política estofada a la europea. Iba a hacer una prueba mandándoles luego una de esas imágenes de postal turística de Houston a ver qué tal, pero ya no me quedaban ganas ni para corroborar lo sabido.
Es evidente que en Houston hay preocupación con las filias del primer presidente sin resumé político en la historia de la Unión, lo cual, tal como están las cosas ni siquiera sé si es un defecto. Y alguien que me desmienta, por favor.
Muchachos, caray. No todo está perdido en Estados Unidos.

Friday, January 30, 2009

Invitación primera

Hace apenas unos meses que vivo en esta ciudad. En tan poco tiempo, y sé que "poco" también puede parecer "mucho", he sido testigo de hechos que acaso hayan pasado inadvertidos, como suele suceder con lo aparentemente rutinario, o no han trascendido más allá de lo local. También he conocido a varios cubanos, cuyas historias valdría la pena contar. Esa es la intención primera de esta bitácora. Intentaré cumplir con ella en la medida de mis posibilidades y de mi tiempo. Lo que surja de ahora en adelante sé que quizás pueda resultar ingobernable, pues la vida pone a uno ante constantes cambios de ruta, pero de cualquier manera trataré de que a través de mí hable alguien con una historia para contar. He escrito "cubanos" y pienso que no estaría bien excluir a otros que han llegado hasta aquí desde otras realidades y geografías con ansias de instalarse y, por qué no, tratar de triunfar -por mucho escozor que pueda causar la palabreja- en un país célebre por brindar tantas oportunidades para hacerlo. Houston es una ciudad muy cosmopolita, escenario de múltiples mescolanzas, donde entre un barrio y otro pueden asaltarnos anuncios en inglés, español, francés, ruso, vietnamita, coreano, hindú, chino, japonés, turco, árabe, birmano e idiomas y dialectos africanos. Ya ven, no he hecho más que comenzar y estoy introduciendo variaciones a la idea original. Es así, como la vida misma. La invitación a acompañarme queda hecha.